Y los días pasan...

Lo pasaba bien todos los días. Me sentía feliz. Pero, de vez en cuando... oía una vocecilla:

"¿de verdad eres feliz?"

Había algo dentro de mi... como un hielo que no podía derretirse. Pero pasaron los días, con su rutina, sin alteraciones.

¿Por qué siempre tenía la sensación de que me faltaba algo? Empezaba a cansarme de la rutina diaria. A veces, me sentía sola aunque me viera rodeada de todos mis compañeros. Cuando eso ocurre... me asusta. Es como si no sintiera nada.

........... Y me volvieron a decir "te quiero". Pero era un "te quiero" tan superficial... no me llegaba al fondo del alma. Por muchas veces que me lo repitieran, jamás me llegaba al corazón.
Ahora tengo la cabeza llena de dudas. ¿Por qué me siento siempre sola? No tengo ningún amigo de verdad. Me atormentan esas ideas.
Se supone que soy más afortunada que la mayoría.

Y los días pasan.... Uno tras otro. Siempre iguales, siempre normales. Siempre vacíos.


Estaba impresionada. Entonces lo vi claro. Ese chico que estaba a mi lado con la cabeza siempre alta, con esa mirada tan segura... no tenía duda a qué camino seguir. Siempre había decidido por sí mismo. Sabía lo que quería en la vida. No tenía nada que ver conmigo. Su sonrisa me dejó una huella muy profunda. Quería conocerle mejor. Saber lo que piensa, escucharle, que me cuente cosas. ¿Tiene dudas o preocupaciones? ¿Se siente solo como yo?

Quiero saberlo todo de él.

Aquella mirada tan profunda me había llegado al alma. Nunca había deseado nada tanto como entonces.
El viento primaveral, abanicaba los pétalos de cerezo. Y allí. Bajo los cerezos en flor, me enamoré por primera vez.